Durante las primeras semanas de enero entró en vigencia en las principales ciudades del país la nueva rotación de Pico y Placa, con el objetivo de reducir la congestión a la vez que se promueve el uso de transporte público para disminuir los niveles de contaminación.
Como sucede cada vez que surge una nueva medida de restricción para la movilidad, los anuncios estuvieron acompañados de polémicas que cuestionaban la efectividad de esta decisión.
Aprovechando la coyuntura nacional, queremos analizar las distintas medidas para transitar hacia una movilidad sostenible que se han planteado en Colombia y el mundo. ¡Veamos!
Cabe destacar que, según datos del IDEAM, el sector del transporte representa el 12,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Colombia. Si como país queremos alcanzar la meta de descarbonización propuesta para 2030, es necesario encontrar nuevas alternativas de movilidad que sean responsables con los impactos generados en los ecosistemas y, en general, con la vida misma.
Una de las medidas que más se ha utilizado para reducir el número de vehículos en las ciudades es el Pico y Placa. Esta fue una medida que nació en la ciudad de Bogotá en 1998 con el decreto 626 de ese año y tenía como objetivo disminuir el “flujo vehicular en el Distrito Capital, causante de congestiones que impiden el adecuado desplazamiento de los vehículos en el Distrito Capital durante los días hábiles” mediante restricciones según el último número en la placa.
Aún hoy la medida sigue siendo vigente con distintas modificaciones desde el decreto original y ha sido implementada en varias ciudades del país. Además, restricciones similares se han utilizado para gestionar el tráfico en Ecuador, Venezuela y Perú.
Sobre la efectividad del Pico y Placa, una investigación de la Universidad Libre que analizó los niveles de contaminación en distintas zonas de la ciudad concluyó que, si bien sí tiene efectos notorios en la movilidad, no se pueden generalizar los efectos en términos ambientales ya que los niveles de impacto varían según cada zona y se aumenta la contaminación en el territorio donde no aplica la norma.
Sin embargo, el pico y placa sí ha probado ser una medida efectiva para impulsar el uso del transporte público o alternativas limpias como la bicicleta.
No solo es un asunto de Bogotá y Medellín, prácticamente todas las grandes ciudades del mundo tienen problemas por la gran cantidad de vehículos privados que circulan por sus calles. Debido a esto, y la necesidad de reducir las emisiones de CO2 que genera el sector transporte, se han implementado distintas iniciativas que buscan desincentivar el uso de los vehículos privados.
Por ejemplo, la ciudad de Londres desde 2003 implementó peajes para entrar al centro de la ciudad y el 80% del recaudo de estos es destinado para inversiones en el transporte público. Se estima que la medida ha logrado reducir en un 30% el número de vehículos que circulaban en el centro de la ciudad y, por su éxito, esta iniciativa se ha replicado en Milán y Estocolmo.
Otra medida que ha tenido gran éxito es la disminución de espacios de parqueo para desincentivar el uso de los vehículos. Este es el caso de Oslo, Noruega, donde se reemplazaron los espacios en donde estaba permitido parquear por calles sin carros y carriles especiales para la circulación de bicicletas. Gracias a estos cambios se logró reducir en un 19% el volumen de vehículos.
No podríamos hablar de cambios en el transporte sin hablar del caso de Amsterdam. La capital de Holanda implementó fuertes políticas para desincentivar el uso de vehículos privados, construir la infraestructura necesaria para que la bicicleta sea la principal alternativa y generar conciencia ciudadana. Hoy en día se estima que el 60% de la población de Amsterdam se moviliza en bicicleta.
Transformar los hábitos de transporte requiere de grandes esfuerzos desde todos los sectores de la sociedad. Más allá de pensar en qué medida es más efectiva que otra, para lograr las metas de descarbonización en Colombia es necesario sacar lo mejor de todas las iniciativas para adaptarlas a nuestro contexto.
Los cinco departamentos que generan más emisiones en el país ya se comprometieron por medio de las visiones de descarbonización para lograr una transición hacia una movilidad sostenible que beneficie a toda a la ciudadanía sin perjudicar al ambiente. Además, cabe destacar el rol de Bogotá, que se ha posicionado como una ejemplo a nivel mundial gracias a que en la actualidad cuenta con una de las flotas de buses eléctricos más grandes del mundo.
Si quieres saber más sobre cómo avanza la descarbonización y la transición hacia la movilidad limpia en Colombia y el mundo, te invitamos a consultar nuestra página web. Allí encontrarás todo el contenido que necesitas para sumarte a la acción climática de manera informada.
Desde el proyecto Camino Hacia Carbono Neutral, financiado por UK Pact y liderado por las organizaciones OpEPA y Climate Reality América Latina en alianza con la Procuraduría General de la Nación, se busca construir lazos y así conectar a las instituciones y a la sociedad civil con alternativas y soluciones frente a la crisis climática.
Durante su gestión, el proyecto ha participado activamente para entablar conversaciones con gobernantes, ciudadanía, sector privado y periodistas, con el objetivo de brindarles herramientas que permitan incluir la descarbonización como parte de los planes y narrativas adelantadas, y así construir comunidades resilientes a la crisis.
Si deseas conocer más sobre el proyecto y las alternativas que puedes tomar frente al cambio climático y la preservación del ambiente, ingresa a nuestro sitio web y explora las acciones que cuentan con un alto potencial de éxito en la mitigación de la crisis.
¡Conócenos! Y no olvides que también nos pueden encontrar en Facebook, Instagram, Twitter, LinkedIn y YouTube.
