Se suele pasar por alto el hecho de que el cambio climático no afecta por igual a todos y todas. Por esta razón, es necesario resaltar la labor de las mujeres que lideran la acción climática en Colombia y el mundo, y, a la vez, cómo luchan por la construcción de una sociedad justa, pacífica y equitativa donde nadie se quede atrás.
Las personas más afectadas por las desigualdades sociales son también las que más riesgos tienen cuando se trata de la crisis ambiental. Por ejemplo, según el DANE, mientras que lo que se conoce como ‘economía del cuidado’ genera alrededor del 20% del PIB nacional y el 81,2% de las mujeres lideran el suministro de alimento en sus hogares, solo el 26% de las unidades de producción agropecuaria del país pertenecen a mujeres y, tal y como informa Naciones Unidas. Otro dato para destacar es que el 80% de las personas desplazadas por los efectos del cambio climático también son mujeres y niñas.
Una de las mujeres más representativas de la acción climática femenina fue Wangari Maathai (1940-2011). Esta activista nacida en Kenia es la primera mujer africana y la primera ambientalista en ganar el premio nobel de paz (2004) gracias a “su contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz”.
Durante su vida luchó constantemente por la protección del ambiente en áreas rurales, los derechos de las mujeres y el uso equitativo de la tierra. Asimismo, por medio del “Movimiento Cinturón Verde” impulsó la plantación de millones de árboles en Kenia con el objetivo de combatir los efectos negativos de la privatización de la tierra.
Cientos de mujeres también están haciendo acción climática en latinoamérica desde distintas áreas del conocimiento. Por ejemplo, Albina Ruiz es una activista peruana que en 2001 fundó la organización Ciudad Saludable con el objetivo de que la gestión de residuos en las zonas urbanas fuera un negocio rentable y atractivo para las comunidades. Actualmente, esta organización ha generado empleo para más de 1.500 recolectores en Perú, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela, México y Ecuador.
De igual manera, la costarricense Mónica Araya, una de las 100 mujeres más influyentes del mundo según la BBC, promueve por medio de su organización Costa Rica Limpia que empresas, gobernantes y líderes sociales trabajen en conjunto para alcanzar la descarbonización del sector del transporte.
Desde la ciencia, la chilena Maisa Rojas fue “autora líder” del Quinto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y desde 2022 ejerce como ministra de Medio Ambiente de Chile.
En Colombia una de las mujeres que más ha contribuido es Margarita Marino de Botero, quien durante 13 años estuvo en el Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente (Inderena), el predecesor del Ministerio de Ambiente. Ella trabajó para que los asuntos ambientales se incluyeran en la agenda de desarrollo del país en una época en la que este tema estaba lejos de los intereses del Gobierno. Es considerada la primera mujer defensora del ambiente en Colombia.
Ella, además, ha sido parte de comisiones ambientales de las Naciones Unidas y fundó el Colegio Verde de Villa de Leyva, una entidad que busca estudiar a fondo la naturaleza.
Así como Marino ha tenido gran influencia a nivel nacional para poner sobre la mesa los asuntos ambientales, hay otras mujeres que han logrado grandes hazañas a nivel internacional. Por ejemplo, Paula Caballero, actual directora de The Nature Conservancy, fue quien, durante su tiempo en la Cancillería, lideró la creación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que hoy en día son la hoja de ruta para Naciones Unidas en la lucha ambiental.
“Fue muy difícil. La ONU tiene agendas separadas para el cambio climático, el desarrollo y la biodiversidad, carriles distintos con sus propios esquemas, y nosotros queríamos unir esos dos primeros carriles bajo los ODS. Hubo consultas y reuniones en Colombia y Nueva York para lograr la confianza de otros países. Pero, finalmente, logramos su negociación”, explicó Caballero en una entrevista con el diario El Espectador sobre el proceso para que Naciones Unidas aceptara los objetivos.
En todo el país hay cientos de mujeres que trabajan a diario por crear una sociedad responsable con la naturaleza y justa para todos y todas.
Un ejemplo de esto es la labor que adelanta Lilia Java en la selva amazónica. Esta activista proveniente del resguardo indígena Ticuna, Cocama y Yagua de Puerto Nariño trabaja desde sus 20 años en la preservación de la biodiversidad por medio del monitoreo de la pesca. Además, actualmente es investigadora indígena de la Fundación Omacha, institución que vela por “garantizar la conservación y el uso sostenible de ecosistemas y especies acuáticas y terrestres”.
Estas mujeres son tan solo algunos ejemplos de todo el alcance que puede tener la lucha climática cuando la realizan personas verdaderamente comprometidas por construir un mundo mejor. Si quieres saber más sobre cómo avanza la acción climática en Colombia y el mundo te invitamos a que visites nuestro blog y conozcas todas esas personas que están realizando acciones extraordinarias.
Desde el proyecto Camino Hacia Carbono Neutral, financiado por UK Pact y liderado por las organizaciones OpEPA y Climate Reality América Latina en alianza con la Procuraduría General de la Nación, se busca construir lazos y así conectar a las instituciones y a la sociedad civil con alternativas y soluciones frente a la crisis climática.
Durante su gestión, el proyecto ha participado activamente para entablar conversaciones con gobernantes, ciudadanía, sector privado y periodistas, con el objetivo de brindarles herramientas que permitan incluir la descarbonización como parte de los planes y narrativas adelantadas, y así construir comunidades resilientes a la crisis.
Si deseas conocer más sobre el proyecto y las alternativas que puedes tomar frente al cambio climático y la preservación del medio ambiente, ingresa a nuestro sitio web y explora las acciones que cuentan con un alto potencial de éxito en la mitigación de la crisis.
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