El sol, el viento y el agua fueron venerados como dioses por los antiguos pueblos indígenas de los Andes. Para el pueblo indígena Wayuú, por ejemplo, Kai (el sol), juya (la lluvia), Kashi (la luna), Joutai (el viento), Palaa (el mar), fueron los primeros hijos de Mma: la tierra.
Los pueblos tradicionales han reconocido en la naturaleza la gran sabedora y quien les proveé todo lo necesario para vivir, tanto a ellos como a los demás seres vivos.
Desde finales de la revolución industrial, y luego de que el crecimiento desmedido en la extracción y uso del carbón, gas y petróleo, para proveer de energía a las ciudades en expansión, desatara cambios en el clima, la biodiversidad y los servicios ecosistémicos necesarios para la vida humana, hemos tenido que repensarnos las formas y materiales que usamos para obtener energía.
Entonces, volvimos a mirar el sol, el viento y el agua como esas fuentes inagotables de movimiento, luz y fuerza que, sin importar si hacemos uso de ellas o no, están en constante actividad.
Las energías renovables se definen como aquellas que provienen de fuentes naturales y se consideran, teóricamente, inagotables, ya sea porque se regenera de forma autónoma o porque sus reservas son prácticamente infinitas, lo que significa que su uso no agota sus recursos. Ejemplos evidentes de estas fuentes naturales son la energía solar y la eólica.
Estos tipos de energía se han convertido en una alternativa mundial para hacer frente a la crisis climática. No en vano, 120 países se comprometieron, en la COP 28, a triplicar sus esfuerzos para avanzar hacia el uso de energías renovables para el 2030, según el portal Infobae.
Dejar de usar fuentes tradicionales de energía, tales como el petróleo, que al quemarse emite grandes cantidades de CO2, acelerando el efecto invernadero, requiere dar un gran paso hacia el aprovechamiento de fuentes de energías como:
La investigación y desarrollo tecnológico permitieron que el mundo viera el surgimiento de paneles solares, turbinas hidroeléctricas eólicas, carros eléctricos y demás que han fortalecido la transición energética. Estos dispositivos siguen en constante innovación dado que algunos de los componentes con los que actualmente se fabrican provienen de materiales como el litio que puede ser altamente contaminante (World Energy Trade).
Lo primero que debemos tener en cuenta es que cualquier tipo de energía genera algún impacto en el medio ambiente.
Uno de los aspectos que puede hacer que las energías renovables sean contaminantes es la fabricación, instalación y disposición de los equipos necesarios para su aprovechamiento.
Un estudio realizado por la Universidad de Harvard encontró que la fabricación de paneles solares puede generar contaminación del aire y del agua debido a la liberación de productos químicos tóxicos durante el proceso de producción.
Además, la extracción de minerales como el silicio y el cadmio, utilizados en la fabricación de paneles solares, puede causar daños ambientales significativos en las áreas donde se lleva a cabo la extracción.
Sin embargo, cuando un panel solar finaliza su vida útil, es posible reciclar todas sus partes, por lo que se considera una de las energías renovables más sostenible.
En cuanto a la energía eólica, un informe publicado por The Climate Reality Project, indica que las turbinas eólicas pueden representar una amenaza para algunas aves, especialmente en áreas donde las especies migratorias están presentes, ha sido el caso de colisiones con las turbinas eólicas que han provocado la muerte de estas especies, lo cual puede tener un impacto negativo en los ecosistemas locales.
No solo los animales sufren el impacto ambiental de la energía eólica. Las propias poblaciones ubicadas en los alrededores de estos parques señalan efectos negativos, principalmente visuales y acústicos.
De igual manera, la extracción de los materiales usados para fabricar las turbinas y su distribución genera CO2 y residuos, al igual que sucede con el montaje y el mantenimiento de los parques eólicos.
Lo mismo sucede con los vehículos eléctricos y las baterías utilizadas para almacenar su energía.
Si bien estos producen menos emisiones durante su funcionamiento, en comparación con los vehículos de combustión interna, la extracción de los materiales utilizados en las baterías, como el litio y el cobalto, perjudica inevitablemente el suelo, provoca la contaminación del aire y escasez de agua.
La producción de litio mediante estanques de evaporación utiliza mucha agua: unos 21 millones de litros al día. Se necesitan aproximadamente 2,2 millones de litros de agua para producir una tonelada de litio.
“La extracción de litio ha provocado conflictos relacionados con el agua con diferentes comunidades, como la comunidad de Toconao en el norte de Chile”, específica un informe de la ONG Amigos de la Tierra.
Investigadores como Gleb Yushin, profesor de la Escuela de Materiales e Ingeniería del Instituto de Tecnología de Georgia (EE.UU.), trabajan en nuevas alternativas a las baterías que sustituyan el litio y el cobalto (otro metal nocivo) por materiales menos tóxicos y de más fácil acceso. Como las reservas de litio y cobalto no cubrirán la demanda futura, se sugiere que los elementos en los que hay que centrarse son el hierro y el silicio (Fuente: EuroNews).
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Desde el proyecto Camino Hacia Carbono Neutral, financiado por UK Pact y liderado por las organizaciones OpEPA y Climate Reality América Latina en alianza con la Procuraduría General de la Nación, se busca construir lazos y así conectar a las instituciones y a la sociedad civil con alternativas y soluciones frente a la crisis climática.
Durante su gestión, el proyecto ha participado activamente para entablar conversaciones con gobernantes, ciudadanía, sector privado y periodistas, con el objetivo de brindarles herramientas que permitan incluir la descarbonización como parte de los planes y narrativas adelantadas, y así construir comunidades resilientes a la crisis.
Si deseas conocer más sobre el proyecto y las alternativas que puedes tomar frente al cambio climático y la preservación del ambiente, ingresa a nuestro sitio web y explora las acciones que cuentan con un alto potencial de éxito en la mitigación de la crisis.
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