Te has preguntado ¿qué pasaría si el agua se comienza a agotar en Colombia? Pero no va a escasear por un mes o dos… No, no. Piensa en escasez por tiempos prolongados y en todo el país.
La verdad es que tenemos la gran fortuna de habitar un territorio con abundancia hídrica gracias a la diversidad y riqueza de ecosistemas como bosques y páramos. Pero ¿qué pasaría si en Colombia el agua empezara a escasear? ¿Cómo sería nuestra vida diaria si al abrir una llave en la cocina o el baño no saliera agua?
En el corazón de la crisis hídrica que enfrenta Colombia hoy se encuentra un concepto crucial: la huella hídrica. Este indicador mide el volumen total de agua dulce utilizada para producir los bienes y servicios consumidos por cada uno de nosotros.
Cuando nos bañamos, cuando cocinamos, cuando lavamos el carro, cuando regamos las plantas o en lo que comemos, todo el tiempo estamos usando agua de manera directa o indirecta. Piensa en ¿cuántos litros de agua se requieren para producir la carne que comes en el almuerzo?
Usualmente no pensamos en que nuestras actividades cotidianas tengan un impacto en la disponibilidad de agua con la que contamos en el planeta. Solemos creer que el agua es un recurso ilimitado porque no vivimos en un territorio donde haya escasez como sucede en algunas zonas de África, por ejemplo.
Entonces, es necesario reiterar en la pregunta: ¿qué pasaría si en Colombia el agua empieza a escasear?
Si bien es cierto que el volumen de agua que hay en la tierra es el mismo desde hace miles de millones de años, también es cierto que el agua potable (la que nosotros podemos consumir) es un porcentaje muy pequeño en comparación con la cantidad de agua que hay en el planeta. Precisamente esta agua dulce proviene de ecosistemas que tienen una vulnerabilidad muy alta como los páramos.
Sabemos que el ciclo del agua es un proceso continuo en el que el agua se mueve desde la superficie de la Tierra hacia la atmósfera y viceversa. Este ciclo es fundamental para mantener los ecosistemas y la vida humana, regulando el clima y proporcionando agua dulce. Sin embargo, actividades humanas como la deforestación y la urbanización han alterado este ciclo, exacerbando la escasez de agua en muchas regiones del mundo. Y sí, Colombia podría ser una de ellas.
Entender la huella hídrica es esencial para gestionar de manera sostenible los recursos hídricos. Permite identificar los principales consumidores de agua en un proceso productivo y ofrece una base para estrategias de reducción del uso del agua. Además, ayuda a los consumidores a tomar decisiones más informadas sobre los productos que eligen, favoreciendo aquellos que requieren menos agua para su producción.
En Colombia una persona de estrato medio gasta al día 142 litros de agua al día, sí, aquí también hay un asunto de inequidad social (los estratos más altos consumen más agua). Pero en contexto global, según Naciones Unidas, más de 800 millones de personas sólo tienen acceso a menos de 50 litros de agua al día.
Es decir, somos muy afortunados. Y por tanto, muy responsables de seguir cuidando nuestras aguas.
En nuestro país cerca del 58% del agua potable de las ciudades principales (Bogotá, Medellín, Cali…) es consumida por el sector residencial. Según el Acueducto de Bogotá, cada hogar consume en promedio 6.910 litros de agua al mes.
Además, la producción de alimentos tiene un impacto significativo en la huella hídrica del país. Por ejemplo, la producción de 1 kg de carne de res requiere aproximadamente 15.500 litros de agua, mientras que 1 kg de chocolate consume cerca de 24.000 litros, de acuerdo con datos del Water Footprint Network.
Aquí debemos hacer una pausa para agregar que la gran demanda de agua para la agricultura y la ganadería no solo reduce la disponibilidad de agua para otros usos, sino que también afecta la calidad del agua debido a la contaminación por fertilizantes y pesticidas. Este uso intensivo del agua impacta negativamente en el ciclo del agua, alterando la disponibilidad de agua en diferentes temporadas y contribuyendo a la sequía en algunas áreas.
Veamos algunos ejemplos para acercarnos a comprender mejor la huella hídrica.
Para enfrentar esta crisis, es esencial adoptar estrategias que reduzcan la huella hídrica y restauren el ciclo natural del agua. Algunas medidas podrían ser:
Y sí, bañarnos en el menor tiempo posible es, sin duda, un gran ahorro y disminución de nuestra huella hídrica. Aquí van otras alternativas que podemos sumar en nuestro día a día:
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Desde el proyecto Camino Hacia Carbono Neutral, financiado por UK Pact y liderado por las organizaciones OpEPA y Climate Reality América Latina en alianza con la Procuraduría General de la Nación, se busca construir lazos y así conectar a las instituciones y a la sociedad civil con alternativas y soluciones frente a la crisis climática.
Durante su gestión, el proyecto ha participado activamente para entablar conversaciones con gobernantes, ciudadanía, sector privado y periodistas, con el objetivo de brindarles herramientas que permitan incluir la descarbonización como parte de los planes y narrativas adelantadas, y así construir comunidades resilientes a la crisis.
Si deseas conocer más sobre el proyecto y las alternativas que puedes tomar frente al cambio climático y la preservación del ambiente, ingresa a nuestro sitio web y explora las acciones que cuentan con un alto potencial de éxito en la mitigación de la crisis.
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