En este momento, en el corazón de Dubái, la Conferencia de las Partes en su edición 28 (COP28) está en pleno desarrollo. Allí se están acordando metas y compromisos internacionales para combatir los efectos del calentamiento global que ya son perceptibles en todos los rincones del mundo.
En el tiempo transcurrido, esta cumbre ha sido testigo de avances significativos, pero también ha sido base de algunas controversias que han amplificado la complejidad de abordar la crisis climática a nivel global y la participación de los actores que van a liderar este camino.
La presidencia del Sultán Al Jaber, CEO de una importante empresa petrolera, ha generado controversia. Sus declaraciones a favor de continuar la producción de combustibles fósiles han suscitado dudas sobre la imparcialidad y los posibles conflictos de interés en decisiones cruciales relacionadas con la transición energética y otros procesos importantes. Además, según El País, las negaciones del presidente respecto a la necesidad del fin de los combustibles fósiles han desencadenado una nueva polémica, generando interrogantes sobre la alineación de la presidencia con los objetivos climáticos.
Las denuncias de posibles acuerdos petroleros por parte del presidente de la COP28 han intensificado las tensiones. Estas alegaciones plantean serias dudas sobre la integridad de la conferencia y la posibilidad de que los intereses económicos influyan en decisiones cruciales relacionadas con la transición energética.
Por otra parte, entre estas controversias, la COP28 ha logrado avances notables en áreas clave. El recién aprobado Fondo de Pérdidas y Daños representa un compromiso significativo para ayudar a los países más afectados y muchos analistas han tomado esto como un gran logro y avance de las negociaciones. Sin embargo, persisten críticas argumentando que la asignación actual podría ser insuficiente para cubrir los verdaderos costos que deben asumir las naciones vulnerables.
Aunque este fondo representa una propuesta interesante, el desafío es conseguir y centralizar recursos suficientes que garanticen una transición justa para todos los países que están dispuestos a asumir compromisos de acción climática local e internacional.
La COP28 se celebra en un momento crucial, con temperaturas récord y devastación del ambiente, destacando la urgencia de abordar la crisis climática de manera inmediata. En este espacio, Latinoamérica emerge como protagonista y como una región líder de este proceso.
Posterior a los anuncios de los presidentes Lula Da Silva, de Brasil, y Gustavo Petro, de Colombia, es posible decir que los representantes de América Latina han desempeñado un papel crucial en las negociaciones climáticas. La región ha abogado por medidas más ambiciosas para abordar las emisiones y ha resaltado la vulnerabilidad de sus países ante los impactos de la crisis climática. Esta participación destaca un compromiso colectivo para impulsar soluciones efectivas y enfrentar la realidad climática, acorde a las necesidades particulares de cada territorio en términos de atención social y de financiamiento.
Por otra parte, la agenda de financiamiento climático, aunque no alcanza la meta original de 100 mil millones de dólares anuales, busca establecer una nueva meta colectiva y cuantificable. Este reconocimiento de la necesidad de aumentar la financiación destaca la conciencia de la comunidad internacional sobre la urgencia de abordar la crisis climática de manera coherente, suficiente y equitativa.
Finalmente, es importante destacar que, además de los beneficios a escala global y de los acuerdos históricos que se han logrado en las COP, estas conferencias tienen un beneficio adicional para aquellos emprendedores, empresarios, países, organizaciones, fundaciones y líderes y lideresas ambientales o políticos/as que tienen la oportunidad de asistir a este gran evento: construir redes de financiamiento y apoyo para pequeñas y medianas iniciativas de acción climática impulsadas desde “el sur global”.
Tópaga, un pequeño municipio de Boyacá que alberga una población de 3,694 personas y que se ha convertido en un referente en la lucha contra los efectos de la crisis climática en Colombia, fue invitado por tercer año consecutivo a este evento de talla mundial.
Para el municipio, hacer parte de las mesas de diálogo y de los espacios de relacionamiento que se dan en el marco de las negociaciones, les permite construir redes de apoyo para financiar e impulsar ideas poderosas en su territorio, así como para dar a conocer el Plan Integral de Gestión de Cambio Climático Territorial Para el Municipio de Tópaga (PIGCCT), que ha sido condecorado en otros eventos internacionales desde su publicación en 2018.
Según Carlos Alejandro Cubides, Director de la fundación ECOmmunity, coordinador de la región funcional territorial de cambio climático y asesor del municipio de Tópaga, asegura que “la presencia de Tópaga en la COP28 ofrece una serie de oportunidades valiosas. Permite sus experiencias exitosas, demostrar estrategias exitosas implementadas a nivel local y aprender de otras regiones y municipios. Además, brinda la oportunidad de establecer alianzas estratégicas con otros gobiernos locales, organismos internacionales y actores clave en la lucha contra el cambio climático”. Asimismo, Cubides que la participación de los municipios en estos espacios es fundamental para la toma de decisiones final, pues son estos quienes “tienen un conocimiento profundo de los desafíos y oportunidades específicas de sus comunidades”, cosa que les permite implementar acciones adaptadas a sus contextos locales.
En resumen, la COP28 se desenvuelve en un escenario de avances cruciales y controversias, donde la participación activa de América Latina ha aportado perspectivas valiosas a las negociaciones. Sin embargo, las controversias en torno a la presidencia y las decisiones relacionadas con los combustibles fósiles subrayan la necesidad de abordar desafíos internos para lograr un impacto significativo en la lucha contra la crisis climática. En este contexto, la comunidad internacional espera con atención el desenlace de esta cumbre, consciente de su potencial para marcar un hito en la historia de la acción climática global.
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Desde el proyecto Camino Hacia Carbono Neutral, financiado por UK Pact y liderado por las organizaciones OpEPA y Climate Reality América Latina en alianza con la Procuraduría General de la Nación, se busca construir lazos y así conectar a las instituciones y a la sociedad civil con alternativas y soluciones frente a la crisis climática.
Durante su gestión, el proyecto ha participado activamente para entablar conversaciones con gobernantes, ciudadanía, sector privado y periodistas, con el objetivo de brindarles herramientas que permitan incluir la descarbonización como parte de los planes y narrativas adelantadas, y así construir comunidades resilientes a la crisis.
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