La Sierra Nevada de Santa Marta es reconocida como una de las áreas de mayor biodiversidad en el mundo, albergando una impresionante variedad de ecosistemas que van desde cálidas playas hasta frígidos páramos. Esta diversidad de hábitats es hogar de miles de especies de plantas y animales, muchas de las cuales son endémicas, es decir, no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Entre sus bosques nublados y páramos, la Sierra Nevada es un vital refugio para especies amenazadas y un importante centro de endemismo.
Además, la Sierra Nevada desempeña un papel crucial en la regulación del clima regional y en la provisión de recursos hídricos. Sus montañas capturan la humedad de los vientos alisios, generando abundantes precipitaciones que alimentan ríos y arroyos, fundamentales para la agricultura, el consumo humano y la generación de energía hidroeléctrica en la región.
Este territorio es el hogar ancestral de cuatro pueblos indígenas: los Kogui, Wiwa, Arhuaco y Kankuamo. Estas comunidades mantienen una profunda conexión espiritual y cultural con la Sierra, la cual consideran sagrada y la llaman “El Corazón del Mundo”. A través de sus tradiciones y prácticas ancestrales, estos pueblos indígenas han sido guardianes de la Sierra, promoviendo una relación armónica con la naturaleza, su cosmogonía enfatiza el equilibrio y el respeto por todas las formas de vida, ofrece valiosas lecciones sobre sostenibilidad y conservación.
Fotografías, texto y relato: Carolina Betancur G.