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Agricultura regenerativa: Boyacá hacia la carbono neutralidad

Esta es la historia de una solución sencilla, de una forma de curar nuestro planeta. La solución está justo debajo de nuestros pies y es tan antigua como el polvo. 

Para que el clima sane, debemos curar los suelos. 

Con esta contundente frase comienza el documental “Besa el suelo” (se encuentra en Netflix), recordándonos la importancia de la salud de los suelos y lo fundamentales que estos son para mitigar las emisiones de CO2.

Se estima que los suelos almacenan aproximadamente el doble de carbono que la atmósfera y la vegetación terrestre juntas, según informa la ONU, debido a la materia orgánica que los compone. Un estudio reciente de la FAO estimó que restaurar los suelos degradados a nivel mundial podría secuestrar entre 0,4 y 1,4 gigatoneladas de carbono por año de la atmósfera.

De igual forma, un suelo en óptimas condiciones de salud mejora la productividad agrícola de forma sostenible. Esto se debe a que los suelos sanos retienen mejor el agua y nutrientes, proporcionando un medio de crecimiento óptimo para las plantas. Al ser más productivos, estos sistemas requieren menos insumos como fertilizantes sintéticos y maquinaria agrícola, lo que reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la producción de alimentos (IPCC). 

Boyacá y su visión hacia la carbono neutralidad

En Colombia, la implementación de la agricultura regenerativa está avanzando como una estrategia prometedora para recuperar la salud de la tierra y construir comunidades sostenibles. Este enfoque, que va más allá de la simple sostenibilidad, busca revitalizar los ecosistemas agrícolas mediante prácticas que regeneran el suelo, mejoran la biodiversidad y fortalecen los ciclos de agua y nutrientes. 

Agricultores, organizaciones y comunidades en diferentes regiones del país están adoptando técnicas de agricultura regenerativa, como la agroforestería, el manejo holístico del ganado, y la rotación y diversificación de cultivos, para no solo mejorar la productividad de sus tierras sino también para combatir los efectos del cambio climático y promover la seguridad alimentaria.

Particularmente en Boyacá, la agricultura trasciende lo económico, ya que también juega un rol crucial en la seguridad alimentaria del país, proveyendo una gran variedad de alimentos a los mercados locales y nacionales. Además, la agricultura boyacense es fuente de empleo e ingresos para miles de familias rurales, consolidándose como un eje central de la vida social y económica del departamento.

No obstante, este sector económico enfrenta grandes retos en términos de sostenibilidad y adaptación al cambio climático. Los esfuerzos por integrar el componente ambiental como indicador de sostenibilidad y desarrollo para los agricultores han comenzado a evidenciar cómo la región puede contribuir a la sostenibilidad ambiental. 

El departamento ya tiene trazada una ruta para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y transitar hacia la carbono neutralidad. Dentro de las estrategias priorizadas, se incluyó la agricultura regenerativa como una prioridad para avanzar hacia esta meta. Pero ¿de qué se trata esta técnica agrícola y por qué puede ser una buena estrategia de cara al cambio climático?

Agricultura regenerativa y cambio climático

Uno de los sectores que más contribuye a las emisiones de CO2 es la agricultura convencional a gran escala, responsable de alrededor del 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero a nivel mundial, tal y como lo sostiene el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés).

Los métodos intensivos utilizados en la mayor parte de la producción agrícola actual, como el uso excesivo de fertilizantes y agroquímicos, la labranza profunda del suelo y los monocultivos, no solo liberan grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, sino que también degradan los suelos y reducen su capacidad de almacenar carbono.

Frente a este panorama, la agricultura regenerativa emerge como una alternativa prometedora para mitigar el cambio climático. Este modelo de producción agrícola sostenible se basa en principios como: 

  • No labranza del suelo
  • Rotación de cultivos
  • Uso de cubiertas vegetales
  • Integración de ganadería y agricultura
  • Aplicación de compost y abonos orgánicos

Al aplicar estas técnicas, la agricultura regenerativa logra aumentar significativamente la captura de carbono en los suelos agrícolas. 

Según estimaciones, los suelos del mundo podrían almacenar entre 1.500 y 2.500 gigatoneladas adicionales de carbono, lo que equivaldría a mitigar entre 15 y 25 años de emisiones globales (FAO). Al mismo tiempo, mejora la calidad de los suelos y su biodiversidad, aumenta la resistencia a la sequía y las plagas, y reduce la necesidad de insumos externos como fertilizantes y agroquímicos.

Mientras que en la agricultura convencional el carbono del suelo se libera rápidamente a la atmósfera, en la agricultura regenerativa queda almacenado de forma más estable en el suelo a largo plazo. Esto permite que los suelos agrícolas pasen de ser una fuente neta de emisiones a ser sumideros de carbono, capturando el CO2 atmosférico.

Además, al fomentar la biodiversidad y la cobertura vegetal permanente, la agricultura regenerativa reduce las emisiones de otros gases de efecto invernadero como el óxido nitroso y el metano. También mejora la resiliencia de los ecosistemas agrícolas frente al cambio climático, disminuyendo la vulnerabilidad de los cultivos a eventos climáticos extremos como sequías e inundaciones.

Antes de terminar…

Te compartimos tres tips clave para lograr suelos saludables a través de la agricultura regenerativa:

  1. Cubrir permanentemente el suelo. Técnicas como siembra directa, cultivos de cobertura y agroforestería ayudan a proteger el suelo de la erosión, aumentar la infiltración de agua y fomentar la actividad biológica. Esto mejora sustancialmente la salud del suelo.
  1. Aumentar la biodiversidad. Integrar cultivos, árboles y ganadería estimula la diversidad de microorganismos en el suelo. Esto fortalece la estructura del suelo y su capacidad de retener agua y nutrientes de forma natural.
  1. Usar compost y abonos orgánicos. Incorporar continuamente materia orgánica de alta calidad como compost, estiércol u hojas mejora drásticamente la fertilidad del suelo de forma sostenible. Esto aumenta el contenido de carbono orgánico y por lo tanto la capacidad del suelo para almacenar agua y nutrir las plantas.

Finalmente, la adopción generalizada de prácticas agrícolas regenerativas a nivel mundial podría cumplir un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático, al capturar grandes cantidades de carbono en los suelos y reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. 


Desde el proyecto Camino Hacia Carbono Neutral, financiado por UK Pact y liderado por las organizaciones OpEPA y Climate Reality América Latina en alianza con la Procuraduría General de la Nación, se busca construir lazos y así conectar a las instituciones y a la sociedad civil con alternativas y soluciones frente a la crisis climática

Durante su gestión, el proyecto ha participado activamente para entablar conversaciones con gobernantes, ciudadanía, sector privado y periodistas, con el objetivo de brindarles herramientas que permitan incluir la descarbonización como parte de los planes y narrativas adelantadas, y así construir comunidades resilientes a la crisis. 

Si deseas conocer más sobre el proyecto y las alternativas que puedes tomar frente al cambio climático y la preservación del ambiente, ingresa a nuestro sitio web y e

xplora las acciones que cuentan con un alto potencial de éxito en la mitigación de la crisis. 

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