“La gente no entiende ni de cifras, ni de gráficos, pero sí entiende historias.”
– Andri Snaer Magnason
Por definición, la descarbonización hace referencia al conjunto de acciones que como especie podemos implementar para reducir las emisiones de gases efecto invernadero (GEI). Aunque éstos gases en esencia no son dañinos para el medio ambiente y la vida en el Planeta Tierra, la emisión excesiva y continua de éstos gases ha generado una acumulación de éstos químicos en la atmósfera. Dicha acumulación es la principal causa de múltiples fenómenos climáticos que han desatado la crisis y el desequilibrio que se vive y experimenta actualmente alrededor del mundo.
Las lluvias torrenciales, las sequías, las inundaciones, las olas de calor y demás efectos perceptibles de la crisis climática están estrechamente relacionados con la emisión en exceso de GEI. Por tal razón, la descarbonización se ha convertido en una poderosa herramienta para garantizar un planeta habitable para las siguientes generaciones.
En el momento de transición que vive Colombia y que vivirá durante los próximos años, la descarbonización es clave para lograr los objetivos que se proponen y a los que el gobierno ya se comprometió con la firma del Acuerdo de París, el lanzamiento de la Estrategia 2050 y otras normativas vigentes que impulsan la consecución de la carbono neutralidad.
Es importante destacar que este proceso no se da de manera aislada, sino que responde a las iniciativas que se están gestionando a nivel internacional, desde la voluntad política de los gobiernos y las iniciativas ciudadanas a favor de la descarbonización de nuestras prácticas y modelo de vida. Todas y cada una de ellas, responden a la urgencia que tenemos como sociedad de transitar hacia alternativas sostenibles y sustentables, para que podamos garantizar un planeta habitable para todos y todas.
En el marco de la normativa local, las iniciativas internacionales y de la necesidad que tiene Colombia de transitar hacia estas alternativas, es fundamental contar con el apoyo de los diferentes actores de la sociedad colombiana para hablar, difundir y promover espacios de diálogo alrededor de la descarbonización y todas las acciones asociadas a éste propósito.
Es importante resaltar que Colombia, aunque no representa ni siquiera el 1% de las emisiones globales, hace parte de los países más vulnerables a los efectos de la crisis climática. En este sentido, es necesario y urgente comenzar a transitar hacia alternativas que permitan hacerle frente a estos efectos, y de manera simultánea, garantizar una vida digna para todas y todos los colombianos.
Para lograr estas metas, es necesario coordinar a los diferentes actores sociales que participan e intervienen en este proceso. Entre ellos se encuentran funcionarias y funcionarios públicos, sociedad civil, periodistas, instituciones, empresarios. Sin duda alguna, éste es un proceso que se debe gestionar con el apoyo de todas y todos los actores de la sociedad para lograr cambios significativos.
Durante el trabajo adelantado por el proyecto Camino Hacia Carbono Neutral, se ha
identificado que existen cuatro grandes retos para alcanzar la carbono neutralidad
en Colombia:
Pese a éstos obstáculos, es importante destacar que todos ellos se pueden solventar con la voluntad política de cambio y el fortalecimiento de capacidades de todas y todos los colombianos habilitados para participar en el proceso de descarbonización de prácticas y esquemas de pensamiento.
Es importante y fundamental que los actores más influyentes se sumen a estas iniciativas y apoyen el proceso de difusión de información y participación en las iniciativas que se vienen desarrollando. Desde líderes y lideresas ambientalistas, hasta periodistas y ciudadanos/as debemos comenzar a hablar de qué es la descarbonización y su importancia, discutir sobre la dependencia en combustibles fósiles y sobre el por qué es importante para un país como Colombia comenzar este camino hacia la carbono neutralidad.
Es urgente, que de manera conjunta, logremos movilizar campañas comunicativas y de acción climática para impulsar un gran movimiento a favor de la carbono neutralidad. Para esto es fundamental lograr una articulación histórica que nos permita transitar rápidamente y dejar nuestra dependencia en los combustibles fósiles, promoviendo la movilidad activa, la transición energética hacia fuentes limpias, el consumo consciente y local, entre otros. Así podremos reducir sustancialmente nuestras emisiones de GEI, conseguir las metas planteadas y construir territorios resilientes a la crisis.
En este sentido, es importante destacar que no es la primera vez que una iniciativa así se promueve de manera maratónica. Hace tiempo, la alerta del hueco de la capa de ozono movilizó a una gran parte de la sociedad para mejorar sus prácticas y evitar un acontecimiento catastrófico. En este caso en particular, tanto la industria como el sector público y los medios, se articularon rápidamente para dejar de usar
CFC, y conjuntamente con la ciudadanía, lograron que el crecimiento del hueco en la capa se frenara, e incluso que se redujera.
Ahora es necesario trabajar por un movimiento similar pero a una escala mucho más grande: un movimiento maratónico desde las redes, los medios, la política, la industria y la ciudadanía, para que juntos y juntas logremos alcanzar paso a paso las metas de descarbonización que se requieren para mitigar los efectos de la crisis climática, que ya son perceptibles en nuestro día a día.
En este sentido, el rol del ejercicio periodístico, debe concentrar sus esfuerzos en bajar la información a un lenguaje entendible, contundente y descifrable para la ciudadanía y las personas del común. Está en el rol de los y las periodistas lograr que las personas entiendan de qué se trata este cambio que estamos viviendo y cuál es el norte para conseguir un futuro sostenible, sustentable y carbono neutral. Como diría el activista Andri Snaer Magnason “La gente no entiende ni de cifras, ni de gráficos, pero sí entiende historias”…