Si cambiamos la visión que nos llevó a la situación actual, podremos construir un presente y futuro esperanzador con mayor bienestar para todos/as por medio de la descarbonización y la regeneración de la Tierra. Pero esto solo es posible si modificamos nuestras narrativas personales y colectivas, y pasamos a entender la naturaleza y la vida como el centro de todo.
Puede parecer una misión imposible, pero cuando trabajamos en conjunto todo es más fácil. Por esto, desde Camino Hacia Carbono Neutral, financiado por UK Pact y liderado por las organizaciones OpEPA y Climate Reality América Latina en alianza con la Procuraduría General de la Nación, hemos construído el libro “Narrativas para la vida” con el objetivo de profundizar en la problemática y generar herramientas que nos conduzcan a actuar de manera regenerativa en las soluciones.
A lo largo de la historia, la humanidad ha establecido puntos en común bajo los cuales se han establecido creencias o formas de ver el mundo. En tiempos de nuestros ancestros más lejanos, cuando la comunicación era extremadamente limitada, había gran variedad de “centros” en torno a los cuales se organizaban las comunidades.
Deidades, caza, agricultura, conquistas o la guerra fueron algunas de las principales maneras de determinar la vida. Sin embargo, cuando avanzamos como especie y las fronteras entre unos y otros se hicieron cada vez menos evidentes, le dimos protagonismo a un nuevo “centro” en torno al cual determinaríamos todo lo existente: el ser humano.
Este tipo de pensamiento, llamado antropocentrismo, puso al humano como el principio y el fin de todo. El punto en común bajo el cual se centró nuestra forma de ver el mundo fue el dominio de la naturaleza para mejorar nuestra calidad de vida. De esta manera, entendimos durante siglos que el planeta, sus recursos y todas las especies que lo habitan estaban a nuestro servicio… ¿Qué podría salir mal?
A partir del pensamiento antropocéntrico, el ser humano, impulsado por el descubrimiento de fuentes de energía como los combustibles fósiles, hizo todo en nombre del “progreso” y mejoró su calidad de vida en el corto plazo sin importar los efectos posteriores. La problemática alcanzó tal escala que para sostener el actual estilo de vida, necesitamos los recursos equivalentes a 1,75 veces nuestro planeta.
Esto nos llevó a generar 43 mil millones de toneladas de carbono al año. Necesitamos más de lo que la Tierra nos ofrece para suplir nuestras necesidades y, tal como ya advirtió el IPCC, debemos mantener la temperatura del planeta inferior a 1.5 si queremos mitigar los efectos más contundentes de la crisis.
Desde ya, todos y todas podemos implementar acciones que nos acerquen a la posibilidad de un mejor futuro. Tendremos efectos positivos si reducimos nuestro consumo de plásticos de un solo uso, aprovechamos mejor la energía eléctrica o utilizamos medios de transporte que no requieran de combustibles fósiles, pero esto no bastará si como humanidad no cambiamos nuestra relación con la naturaleza.
Ya sabemos cómo llegamos hasta acá. Entonces, ¿Hacia dónde podemos ir?
Es necesario que como humanidad dejemos atrás la percepción de superioridad frente a la tierra y reconozcamos que hacemos parte de un sistema colectivo en el que todo está conectado. En este orden de ideas, debemos ser conscientes de que nuestras acciones como sociedad tienen repercusiones directas en los sistemas de la tierra y afectan a las generaciones futuras.
Siendo conscientes de esta situación, los países firmantes del Acuerdo de París se comprometieron a reducir en su totalidad las emisiones de carbono para el 2050. La carbono neutralidad, que es alcanzar el equilibrio entre la cantidad de carbono emitida y capturada, puede ser lograda mediante estrategias gubernamentales para transitar hacia nuevas fuentes de energía o promover el consumo responsable. De igual manera, es necesaria una ardua labor de la academia para que la ciudadanía pueda acceder a información clara y tomar decisiones responsables.
Sin embargo, hasta acá solo estamos tratando los síntomas. Llegó el momento para pagar nuestra deuda.
La naturaleza nos demuestra día a día la capacidad que tiene para regenerarse. Nosotros/as como especie no debemos limitarnos a interactuar con ella como iguales y evitar su contaminación, debemos generar las condiciones necesarias para que la Tierra se sane a sí misma y entendernos, como parte de ella.
Para lograr esto necesitamos actuar desde tres frentes:
¿Crees que estás listo/a para apostarle al cambio? Te invitamos a que leas nuestro libro “Narrativas Para la Vida” y comprendas a detalle cuáles son los cambios de pensamiento que debemos hacer para lograr la regeneración de nuestro planeta.
Desde el proyecto Camino Hacia Carbono Neutral, financiado por UK Pact y liderado por las organizaciones OpEPA y Climate Reality América Latina en alianza con la Procuraduría General de la Nación, se busca construir lazos y así conectar a las instituciones y a la sociedad civil con alternativas y soluciones frente a la crisis climática.
Durante su gestión, el proyecto ha participado activamente para entablar conversaciones con gobernantes, ciudadanía, sector privado y periodistas, con el objetivo de brindarles herramientas que permitan incluir la descarbonización como parte de los planes y narrativas adelantadas, y así construir comunidades resilientes a la crisis.
Si deseas conocer más sobre el proyecto y las alternativas que puedes tomar frente al cambio climático y la preservación del medio ambiente, ingresa a nuestro sitio web y explora las acciones que cuentan con un alto potencial de éxito en la mitigación de la crisis.
Libro Narrativas para la Vida by OpEPA – Organizacion para l…