En el proceso de formulación de un proyecto de descarbonización, es fundamental tener en cuenta la participación activa de los diversos actores que pueden verse afectados o tener un impacto en el proyecto. En el marco de Camino Hacia Carbono Neutral, esto se ha denominado como acción climática inclusiva, reconociendo que el cambio climático agrava las desigualdades existentes en las sociedades al aumentar la vulnerabilidad de las personas, especialmente de los grupos que históricamente han sido excluidos. Estos grupos incluyen a mujeres, pueblos indígenas, grupos étnicos, comunidades campesinas y rurales, personas con discapacidad, adultos mayores, migrantes, refugiados y trabajadores del sector informal. En este contexto, este capítulo describe la importancia de desarrollar procesos participativos en la formulación de proyectos que busquen mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Los informes del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) indican que el cambio climático ya está causando impactos desiguales en la sociedad, y esta situación empeorará si se mantiene la trayectoria actual de emisiones de Gases de Efecto Invernadero. Sin estrategias de acción climática ampliamente informadas e implementadas con la participación efectiva de las comunidades, la sociedad civil y los diferentes sectores, el cambio climático podría empujar a 100 millones de personas a la pobreza extrema antes de 2030.
Si las respuestas locales al cambio climático no reconocen y abordan las barreras sociales y económicas que alimentan la desigualdad y que se ven exacerbadas por la crisis climática, es posible que los tomadores de decisiones carezcan del nivel de legitimidad social necesario para reducir sus efectos y, por lo tanto, tengan una capacidad limitada para implementar acciones cada vez más ambiciosas, tal como lo exigen los procesos para consolidar territorios carbono neutrales.
Por esta razón, las acciones climáticas deben construirse y llevarse a cabo de manera inclusiva y equitativa, de modo que respondan a los contextos sociales, culturales, ecológicos y políticos de las comunidades y la sociedad civil, así como a sus necesidades e intereses. La efectividad de estos procesos a nivel subnacional y local será fundamental para que Colombia avance de manera justa, equitativa e inclusiva hacia la neutralidad de carbono y la resiliencia climática.
Promover la participación activa de la sociedad civil y las comunidades en la acción climática permite pasar de la retórica a la acción en el proceso de transición justa hacia la neutralidad de carbono y la resiliencia climática. Desde el proyecto Camino Hacia Carbono Neutral, promovemos la integración del enfoque de transición justa hacia territorios carbono neutrales, el cual se resume en “no dejar a nadie atrás en la carrera de la acción climática”. Para lograr esto, las políticas e inversiones locales deben situar la equidad y la inclusión en el centro de la toma de decisiones, lo que resultará en cambios ambiciosos alcanzados a la velocidad que necesitamos.
Es crucial considerar, al tomar decisiones para mitigar y adaptarse a la crisis, que una transición justa tendrá características diferentes en cada territorio, dependiendo de los factores sociales, culturales, ecológicos, económicos y políticos locales, así como de las necesidades e intereses de las partes o actores que coexisten allí. Para lograrlo, el grupo de liderazgo climático C40 Cities recomienda algunos pasos generales:
Establecer un diálogo social a través de la creación de modelos de gobernanza inclusivos y participativos, que garanticen que la población más vulnerable a los efectos del cambio climático, así como las comunidades y la sociedad civil en general, tengan una voz igualitaria en los procesos de toma de decisiones.
Estos marcos de gobernanza deben estar alineados con los objetivos de las políticas nacionales, regionales y locales en materia de inclusión, participación comunitaria y cambio climático. Además, deben establecer metas claras y cuantificables en las diferentes etapas o ciclos de las políticas públicas y los proyectos de descarbonización.
Es indispensable realizar un mapeo detallado de las partes interesadas para identificar a quiénes debemos incluir en un proceso de transición hacia territorios carbono neutrales. En este proceso, a través de un diálogo social entre la institucionalidad y las comunidades, se deben documentar sus intereses, necesidades e influencia en la planificación de la acción climática, así como determinar cómo involucrarse de manera efectiva.
Realizar un análisis de poderes que puede ayudar a comprender la dinámica y los desequilibrios de poder entre las partes interesadas, así como pueden influir en el proceso de planificación de la acción climática.
Diseñar y aplicar el proceso de participación: a partir de los objetivos y líneas de trabajo definidos en la estrategia, así como del diagnóstico de las partes interesadas, es importante elaborar un plan de acción que utilice una combinación de canales y métodos para llegar a un conjunto amplio y diverso de partes interesadas. El plan debe ser construido junto con las comunidades a partir de acuerdos y ser apropiado para cada grupo.