Las necesidades actuales de nuestro planeta nos obligan a innovar, explorar nuestra creatividad y buscar nuevas maneras de trabajar con lo que ya tenemos para generar los cambios que necesitamos. Este es el caso, por ejemplo, del transporte fluvial en Colombia, el cual tiene todas las condiciones para posicionarse como una alternativa de descarbonización del sector del transporte a la vez que se impulsa la economía nacional ¡y aún no lo estamos utilizando a su máximo potencial!
El transporte fluvial hace referencia a la movilización de carga o pasajeros a través de ríos, lagos, canales o embalses y Colombia cuenta con un total de 7.063 kilómetros navegables permanentemente y 11.162 kilómetros cuya navegabilidad varía a lo largo del año. Estos se encuentran distribuidos en las principales cuencas hidrográficas de nuestro país:
Sin embargo, a pesar de su inmensidad, el modo fluvial transporta menos del 5% de la carga en nuestro país. Para entender mejor la dimensión de esto, vale la pena destacar que de los 300 millones de toneladas que se transportan a través del territorio colombiano por año, en el río Magdalena –el río con mayor movilización de carga y pasajeros– actualmente solo se transportan 3 millones de toneladas al año cuando los expertos sugieren que esta cifra podría ascender hasta los 15 millones.
Como te contamos en nuestro artículo sobre el nuevo corredor férreo Facatativá – Bogotá – Belencito y La Caro – Zipaquirá, el tren es la mejor opción de transporte para pasajeros teniendo en cuenta que las emisiones que genera por cada kilómetro recorrido por usuario son más bajas. Pero… ¿Cómo le va al transporte fluvial en la misma medida?
Una de las mayores dificultades a la hora de analizar las emisiones en el transporte fluvial es que hay distintos tipos de embarcaciones entre cargueros, barcos de contenedores, buques cisterna, planchones, barcos de pasajeros –por mencionar sólo algunos– y cada uno cuenta con tecnologías, propósitos y consumos de combustible distintos.
Sin embargo, la universidad Heriot-Watt en Escocia realizó un estudio para medir las emisiones de CO2 del transporte químico en Europa y concluyó que la contaminación generada por las embarcaciones depende en gran medida de la cantidad de carga que puedan transportar. Por ejemplo, un barco que movilice 844 toneladas contaminará, aproximadamente, 20g de CO2 por tonelada y kilómetro, mientras que otro que transporte 18.371 toneladas, reducirá la medida a 5gCO2/tKm. Es decir, entre más pueda cargar la embarcación por trayecto, menor será la cantidad de emisiones generadas.
Cabe destacar que esta proyección aplica únicamente para el transporte de carga ya que, a diferencia de lo que sucede con los pasajeros, este se puede apilar para optimizar al máximo la capacidad de cada embarcación. En un tren de carga –donde no se puede apilar– las emisiones pueden ascender hasta 55 gCO2/t·km.
El transporte fluvial en Colombia aún no se utiliza al máximo de su potencial y por esta razón en 2015 el Gobierno Nacional lanzó el Plan Maestro Fluvial con el objetivo de que para 2035 se rehabilite y expanda la infraestructura en el país a su vez que se mejoran las condiciones para la utilización de este modo.
Dentro de las proyecciones del plan se busca alcanzar la cifra de hasta 19,5 millones de toneladas de carga por año, lo que supone aumentar en cinco veces el volumen actual. Para lograr esto no se dependerá únicamente de la inversión pública y privada, sino que además estará impulsado por un plan de promoción del transporte fluvial que incluye campañas de concientización, bajar el costo operacional y cambiar los flujos de transporte hacia las vías navegables, entre otros.
En sintonía con estos avances, en enero de este año el gobierno anunció que se invertirá 1 billón de pesos para impulsar el transporte fluvial en el país con la adecuación de 193 muelles en departamentos como Vichada, Guainía, Guaviare, Vaupés y Amazonas, lo que, además de favorecer el transporte de carga, generará nuevos empleos.
Según datos del IDEAM, el 14,34% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el país provienen del sector transporte en general, pero nuestra economía es tan dependiente del transporte terrestre que el 85,12% de estas son generadas a través de las carreteras.
En este sentido, la inversión pública en el transporte multimodal, priorizando el modo fluvial y ferroviario, es un gran paso para demostrar que sí es posible impulsar la economía del país a la vez que se piensa en términos de acción climática y construir una sociedad resiliente con el ambiente.
Si quieres saber más sobre qué se está haciendo en Colombia y el mundo para impulsar la descarbonización de la economía te invitamos a visitar nuestra página web, allí encontrarás todo lo que necesitas para estar al tanto de cómo avanza la acción climática a pequeña, mediana y gran escala.
Desde el proyecto Camino Hacia Carbono Neutral, financiado por UK Pact y liderado por las organizaciones OpEPA y Climate Reality América Latina en alianza con la Procuraduría General de la Nación, se busca construir lazos y así conectar a las instituciones y a la sociedad civil con alternativas y soluciones frente a la crisis climática.
Durante su gestión, el proyecto ha participado activamente para entablar conversaciones con gobernantes, ciudadanía, sector privado y periodistas, con el objetivo de brindarles herramientas que permitan incluir la descarbonización como parte de los planes y narrativas adelantadas, y así construir comunidades resilientes a la crisis.
Si deseas conocer más sobre el proyecto y las alternativas que puedes tomar frente al cambio climático y la preservación del ambiente, ingresa a nuestro sitio web y explora las acciones que cuentan con un alto potencial de éxito en la mitigación de la crisis.
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