Actualmente, el cambio climático es uno de los mayores riesgos para la humanidad, ya que impacta áreas fundamentales para garantizar el bienestar y el progreso territorial, como la salud, la seguridad alimentaria y el empleo, entre otros. Para hacer frente a esta situación, como se aborda en el capítulo 3, Colombia ha desarrollado un robusto marco político y normativo que establece que las autoridades ambientales deberán elaborar los Planes Integrales de Gestión del Cambio Climático Territoriales (PIGCCT) (Ley 1931 de 2018). Estos planes son los instrumentos a través de los cuales las entidades territoriales y autoridades ambientales regionales priorizan medidas y acciones de adaptación y de mitigación de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), teniendo en cuenta la vulnerabilidad e inventario de GEI del territorio.
Con este contexto, este capítulo proporciona algunas recomendaciones para formular un PIGCCT a escala municipal, de manera articulada con instrumentos como los Planes de Desarrollo y los de ordenamiento territorial.
De acuerdo con la ley 1931 de 2018, los Planes Integrales de Gestión Del Cambio Climático Territoriales (PIGCCT), son instrumentos a través de los cuales las entidades territoriales y las autoridades ambientales regionales identifican, evalúan, priorizan y definen medidas y acciones de adaptación y de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero para ser implementados en el territorio para el cual han sido formulados.
En este sentido, la ley mencionada anteriormente establece los Planes Integrales de Gestión del Cambio Climático Sectoriales (PIGCCS), que son instrumentos a través de los cuales cada ministerio identifica, evalúa y orienta la incorporación de medidas de mitigación de gases de efecto invernadero y adaptación al cambio climático en las políticas y regulaciones del respectivo sector.
Tanto los PIGCCT, como los PIGCCS deben alinearse con las metas nacionales de mitigación y adaptación, así como con la Estrategia de Largo Plazo de Colombia E2050. El horizonte de implementación de los PIGCCT es de 12 años y por lo tanto, es indispensable que los gobiernos subnacionales y locales entrantes consideren las acciones definidas en dichos instrumentos dentro de sus planes de desarrollo y en el caso en el que no existan, definan metas para su formulación e implementación.
A nivel territorial, los PIGCCT deben articularse y estar armonizados con los instrumentos públicos de gestión ambiental, de gestión del riesgo de desastres y de ordenamiento territorial debido a que estos permitirán generar territorios resilientes al clima y con una visión enfocada al desarrollo sustentable. En cuanto a la adaptación, las acciones definidas en dichos instrumentos deben considerar los procesos de conocimiento y reducción del riesgo de desastres como puntos en común.
Es importante destacar que en Colombia se ha venido adelantando diferentes herramientas encaminadas a lograr territorios resilientes al clima y sustentables, como es el caso de la guía para la elaboración de Planes Integrales de gestión del cambio climático territorial diseñada por parte del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Para la correcta formulación de los Planes Integrales de Gestión del Cambio Climático Territoriales-PIGCCT, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible ha definido una serie de pasos que deben ser realizados de manera secuencial para formular e implementar acciones climáticas efectivas, coherentes e integrales, que permitan mitigar y adaptarse a la crisis climática de manera articulada con los compromisos climáticos nacionales e internacionales. Estos se componen de la siguiente manera:
1. Fase de alistamiento: esta fase tiene como objetivo reconocer el contexto del área de estudio, a través de los siguientes pasos:
– Caracterización e identificación previa del territorio o área de estudio.
– Identificación de actores y planificación de su participación.
– Agenda.
2. Fase de perfil territorial: esta fase tiene como objetivo la identificación, el análisis y el desarrollo de evaluaciones de las condiciones de vulnerabilidad, capacidad de adaptación, riesgo y emisiones de GEI que tiene un territorio. Durante cada una de estas evaluaciones se deben contemplar los diferentes sectores (social, económico, educativo, salud, entre otros).
3. Análisis estratégico: en esta fase se definen las medidas que más se adecuan al territorio. Estas medidas deben contar con un objetivo claro que se encuentre alineado con las líneas de la política de cambio climático y con la Contribución Nacionalmente Determinada.
4. Plan de Acción: en esta fase se especifican las actividades que, según el perfil territorial, el análisis estratégico y la priorización de medidas, deben implementarse en el corto, mediano y largo plazo, todo esto en un periodo de 12 años.
Los PIGCCT deben contar con los siguientes criterios:
– Interés y voluntad política.
– Consideración del plan de acción de otros instrumentos de planificación y desarrollo.
– Participación de las oficinas de planeación de las entidades territoriales y autoridades ambientales.
5. Monitoreo, seguimiento y evaluación: posterior al diseño del plan de acción se debe establecer un mecanismo de monitoreo, seguimiento y evaluación, el cual debe contar con una serie de indicadores que sean alcanzables y medibles, los cuales permiten generar los ajustes necesarios para su correcta implementación.
6. Implementación.