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Este capítulo busca comprender la importancia del enfoque de Equidad de género e Inclusión social en la acción climática.

4.2 | Género e Inclusión Social – GESI

Las personas en situaciones de pobreza y marginalización –cuya gran mayoría corresponde a mujeres– generalmente tienen menos capacidad de amortiguar los riesgos climáticos y las consecuencias, que incluye la pérdida de oportunidades, bienes, recursos, entre otros, hasta el punto de llevarlas a migrar hacia otros territorio. El cambio climático es entonces una carga adicional que puede empujar a hombres y mujeres hacia círculos de pobreza al impactar directa y severamente el acceso a sus medios de subsistencia. Por esta razón, en este capítulo se explican algunos conceptos clave para comprender la relación que existe entre cambio climático y el género, que aporten a la toma de decisiones para avanzar hacia territorios carbono neutrales justos, equitativos e incluyentes.

Sobre este capítulo

Históricamente, el rol de las mujeres en la sociedad se ha ubicado en las labores del cuidado de los niños, las niñas, los adultos mayores, personas con limitaciones o con alguna enfermedad diagnosticada. Lamentablemente, este trabajo ha sido invisibilizado a pesar de que constituye un elemento básico y fundamental para el funcionamiento de cualquier economía. En Colombia, por ejemplo, según el DANE, lo que se conoce como la Economía del Cuidado, en 2018 generó 185.7 billones de pesos; es decir, alrededor del 20% del PIB nacional para ese año. Además, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible asegura que en el país el 81,2% de las mujeres lideran el suministro de alimento en sus hogares y en muchas poblaciones rurales de América Latina las mujeres y las niñas son las encargadas de garantizar la provisión de agua y leña en sus familias.

Estas labores, asignadas culturalmente, conllevan a que sean ellas quienes recorren distancias largas, incluso mayores a las de sus compañeros o parejas para conseguir estos recursos, teniendo que exponerse por más tiempo a fenómenos climáticos extremos intensificados por el cambio climático, como altas temperaturas, lluvias más frecuentes o sequías prolongadas.

Ideas clave

Para comprender la importancia del enfoque GESI (Equidad de género e Inclusión social, por sus siglas en inglés) en la acción climática, es primordial entender que género no es sinónimo exclusivo de mujer. En un sentido amplio, el término género se refiere a las relaciones desiguales de poder que existen entre hombres y mujeres en un contexto y periodo de tiempo específicos. Sin embargo, en la práctica, las discusiones sobre género tienden a centrarse en las mujeres debido a las desigualdades que han enfrentado. Por lo tanto, es fundamental reconocer que los efectos del cambio climático, así como las acciones para enfrentarlo, afectan de manera diferenciada a hombres y mujeres. Para analizar las relaciones entre género y cambio climático, debemos tener en cuenta estos aspectos previamente mencionados.

Para iniciar este proceso, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible recomienda que es clave preguntarse a cuáles mujeres y a cuáles hombres son los que se busca integrar en la conversación sobre cambio climático y género. A esto se le denomina análisis de interseccionalidad, es decir que no todas las mujeres en una comunidad o grupo presentan las mismas situaciones o condiciones, al igual que no todos los hombres. Estas diferencias entre mujeres y hombres son las que se deben considerar en el diseño, ejecución, monitoreo y evaluación de políticas, iniciativas y programas para la acción climática inclusiva (ver capítulo 4.1). Algunas preguntas que pueden orientar este análisis son: De cara a los efectos o ventajas que puede generar el cambio climático ¿Cuál es la diferencia en la vida de las mujeres y las niñas de un grupo étnico en comparación con las mujeres y las niñas que no pertenecen a este? o ¿Cuál es la diferencia en la vida de los hombres y los niños que tienen una discapacidad y hombres y jóvenes que no la tienen?

De esta manera, transversalizar el enfoque de género en las decisiones sobre cambio climático conlleva a realizar un proceso de evaluación sobre las implicaciones, tanto positivas como negativas, que tiene para los hombres y las mujeres cualquier acción, política, programa, plan o estrategia para la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero o la adaptación a los efectos del cambio climático. Por estas razones, en el camino que estamos construyendo hacia la carbono neutralidad es fundamental reconocer que las mujeres son agentes activos de cambio y poseen conocimientos y destrezas únicas que pueden ser aprovechadas para la creación de propuestas de transformación social, en dimensiones fundamentales para la construcción de una sociedad más equitativa y sostenible, como la justicia social, la protección de los derechos humanos y la lucha contra el cambio climático.

Para saber más: