El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático o Panel Intergubernamental del Cambio Climático, conocido por sus siglas en inglés IPCC, publicó el sexto informe de evaluación de la crisis climática. Después de 8 años de su último reporte, publicado en 2014, éste documento reúne importantes alertas y conclusiones sobre el avance del calentamiento global, que al día de hoy afecta a todo el planeta Tierra y las alternativas existentes hacia la descarbonización.
En el informe los expertos/as aseguran que de manera irrefutable la crisis climática es consecuencia de la actividad humana. Según las proyecciones alojadas en el documento, si las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) no se reducen significativamente, los efectos serán irreversibles por siglos, e incluso milenios.
Basado en el análisis de todos los escenarios posibles, la temperatura de la tierra seguirá aumentando, al menos hasta 2050, aún cuando todas las acciones de reducción de emisiones sean implementadas lo antes posible. Sin embargo, el informe advierte que la descarbonización debe ser prioritaria en las estrategias de acción climática, ya que es la única vía para evitar que la temperatura de la tierra sobrepase grados catastróficos.
Con la acelerada intensificación del cambio climático en las últimas décadas, los GEI que se retienen en la atmósfera han comenzado a “ahogar” la tierra, hasta el punto de desencadenar fenómenos meteorológicos recurrentes como las grandes olas de calor, las sequías y las inundaciones o lluvias torrenciales. Según el panorama planteado en el informe, si no se reducen las emisiones de gases contaminantes, éstos fenómenos serán cada vez más frecuentes, intensos y prolongados.
Sobre los entes más contaminantes, el informe de evaluación del IPCC trae a la mesa de discusión importantes conclusiones. La primera de ellas, es que el el 10% de poblaciones y países más ricos del mundo, son los responsables de la producción del 35 a 45% de las emisiones totales, dejando solo 15% para territorios pobres o subdesarrollados.
Esto, además de confirmar que son las grandes ciudades y territorios industrializados los verdaderos generadores de emisiones, permite esclarecer que son más altas las posibilidades de hacer una transición rápida y profunda hacia alternativas limpias. En este orden, el informe puntualiza la importancia de implementar estrategias inmediatas en cuanto a: la eliminación total de los combustibles fósiles y la necesidad de transitar la agricultura, la movilidad, la industria y demás sectores económicos hacia energías renovables.
Además de las consecuencias climáticas, el informe advierte también grandes dificultades de desarrollo en los países que son altamente vulnerables a los efectos del cambio climático. Las regiones del sur de Asia, Centroamérica, Suramérica y gran parte de África podrían enfrentar importantes obstáculos al momento de enfrentar la crisis.
La pobreza, la falta de acceso a servicios básicos y las democracias débiles que caracterizan estas regiones impiden que las comunidades logren adaptarse a los efectos del cambio climático. El impedimento de estas regiones en sus esfuerzos por ser más resilientes ante la crisis, podría causar altos índices de mortalidad a causa de fenómenos meteorológicos como las inundaciones o las largas sequías.
Cabe resaltar que la mayoría de población vulnerable de la cual alerta el informe se concentra en zonas rurales, áreas de invasión urbana o asentamientos informales, y por tal razón, es importante optar transitar hacia una economía más justa e incluyente, que brinde a las comunidades suficientes herramientas para enfrentar la crisis actual.
En este sentido, el IPCC proyecta que para 2030 las sequías extremas, por ejemplo, en regiones como la Amazonía estimularán la migración rural hacia las grandes ciudades. Así, los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales o campesinas se verán obligados/as a vivir en los márgenes, aumentando su vulnerabilidad y dificultando su proceso de resiliencia.
La preservación de la naturaleza, la reforestación y la conservación de la biodiversidad son claves para mitigar los efectos de la crisis, según lo dicta el informe. Detener la expansión urbana dentro de ecosistemas claves como páramos, humedales, manglares y demás sistemas que sirven de barrera ante los fenómenos meteorológicos es fundamental para enfrentar la crisis.
El mal uso de la tierra, la fragmentación del hábitat, la contaminación y el debilitamiento de ciertas especies de flora y fauna obstaculizan la consecución de una resiliencia ecológica. Así, la preservación se convierte en una de las más importantes prioridades destacadas en el informe.
Conservar, preservar y restaurar los ecosistemas no solo ayuda a limitar la llegada de ciertos fenómenos, como por ejemplo las sequías, sino que permite revitalizar zonas estratégicas, mitigando la vulnerabilidad tanto del medio ambiente como de las mismas comunidades. En resumen: si las personas, las industrias y las instituciones políticas ayudan a restaurar estos ecosistemas, la misma naturaleza las protege de ciertos fenómenos inevitables, permitiendo mantener los ciclos naturales de la tierra.
¡La preservación es un beneficio en doble vía!
Según las conclusiones del informe, es necesario reducir de manera inmediata la emisiones de gases efecto invernadero, para así mitigar los efectos del cambio climático. Aunque poner un freno total a este avance por el momento no es posible, las próximas décadas son fundamentales para que el impacto sea menor.
Para lograr la implementación de verdaderas estrategias de mitigación y reducción de emisiones, es importante que los grandes emisores acojan las acciones necesarias para cambiar sus hábitos y reducir sus emisiones de GEI. Asimismo, el informe destaca, que ahora más que nunca, es fundamental la cooperación entre los instrumentos políticos y la ciudadanía para tener un cambio significativo.
Entre algunas de las acciones fundamentales se encuentran:
Aunque el informe es un claro llamado a la acción de manera urgente, es importante destacar que el avance de la crisis ha sido mucho más rápido de lo que se esperaba, y por tanto, las consecuencias, aunque predecibles, son inciertas.
Por tanto, cambiar el rumbo actual de la crisis climática dependerá de acciones inmediatas y suficientes. Construir comunidades resilientes y conscientes no es una estartegia por planear, sino una tarea por implementar ahora mismo.
En Colombia, desde el proyecto Camino Hacia Carbono Neutral, financiado por UK Pact y liderado por las organizaciones OpEPA y Climate Reality en alianza con la Procuraduría General de la Nación, se busca construir lazos y así conectar a las instituciones y a la sociedad civil con alternativas y soluciones frente a la crisis climática.
Durante su gestión, el proyecto ha participado activamente para entablar conversaciones con gobernantes, comunidades y periodistas, con el objetivo de brindarles herramientas que permitan incluir la descarbonización como parte de los planes y narrativas adelantadas, y así construir comunidades resilientes a la crisis.
Si deseas conocer más sobre el proyecto y las alternativas que puedes tomar frente al cambio climático y la preservación del medio ambiente, ingresa a nuestro sitio web y explora las acciones que cuentan con un alto potencial de éxito en la mitigación de la crisis.
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